DESCRIPCIÓN DEL RITO DEL CH’AA CHÁAK
La Escuela de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an es un proyecto holístico, interesado no solamente en la apropiación de ecotecnologías respetuosas del medio ambiente, sino también en el respeto a nuestra propia identidad cultural como pueblo maya. Por eso favorecemos la celebración de los ritos mayas ligados a la producción agrícola y pecuaria.
El Cha’ Chaak es un rito maya que se desarrolla en el campo y que consiste en una organización comunitaria a la que está invitado todo el pueblo, con el propósito de pedir a las fuerzas de lo Alto, lluvia para las sementeras. El rito genera lazos de comunitariedad entre las personas que participación, ya que es una celebración que implica la organización desde varios días antes: preparación del terreno, preparación del altar, quiénes cocinarán, quiénes prestarán sus utensilios para la cocina, etc., lo que implica un proceso de comunicación y de organización muy amplio.
Como se trata de una organización que implica a todo el pueblo y genera muchos gastos, se ha ido rezagando y en muchas comunidades se ha dejado de hacer. La celebración de este rito fortalece la agricultura ecológica, enriquece con la sabiduría maya las vidas de los campesinos y campesinas que se hacen directamente responsables de la organización del Cha’ Chaak, siendo ellos los encargados de la invitación al resto de la comunidad y a otros campesinos/as que pudieran estar interesados.
DESCRIPCIÓN DEL RITO
El rito tiene tres etapas:
- Preparación:
La comunidad de reúne para limpiar el terreno. El rito se realiza en el monte. Se busca al JMen que acompañará y ofrecerá los rezos y la comida. Desde 24 horas antes se reúnen para estos preparativos. Los varones limpian y arreglan el lugar, hacen los huecos para cocinar los alimentos, preparan el altar, con bejucos y plantas adornan el sitio para que, al amanecer del día siguiente comiencen los rezos. En tanto que las mujeres, al mismo tiempo, recogen las ofrendas, organizan quiénes molerán el maíz y quiénes sacrificarán los animales, preparando de antemano el lugar y los utensilios que se requerirán para cocinarlos. Se ha ido perdiendo algunos de los símbolos en el rito, como la participación de los niños y niñas, que en el marco del rito deben tener un papel importante.
- Realización
Al amanecer, desde muy temprano, comienza una larga jornada de trabajo coordinado y con responsabilidades bien definidas. Se dividen en varios grupos. El Jmen y sus auxiliares comienzan las oraciones. Un grupo de varones enciende la leña que se coloca en el hueco hecho para la cocción de los alimentos. Otro grupo de varones hace los pibes de masa de maíz que se cocerán bajo tierra: una especie de tortillas gruesas de masa con incrustaciones de pepita. Un grupo de mujeres comienza a cocinar el pollo y el cerdo que acompañará la comida ritual. Paulatinamente van llegando los pobladores e invitados y se van integrando a los distintos grupos de trabajo.
El JMen tiene todo ese día diversos momentos de oración. Llegado el momento, se ofrendan las tortillas y se ponen a cocer. Al terminar su cocimiento, se sacan las tortillas ofrendadas y ya cocidas y se mastrujan para convertirlo en un material colado que se revuelve con achiote. Se comparte a todos los participantes hacia el mediodía ya con la comida realizada por las mujeres.
La participación de los niños es importante y consiste en que los niños se sientan debajo del altar y se les amarra; ellos comienzan a hacer sonidos guturales como imitando el croar de las ranas que claman por la lluvia.
- Distribución
Terminado el rito y la comida ritual que lo finaliza, viene la repartición. Después de agradecer a la Divinidad su intervención para la lluvia, de manera que haya siembra y cosecha y alimento para los animales, la comida restante, que es abundante, se divide equitativamente entre las familias participantes, para que cada una pueda llevar algo a sus casas y compartirlos con las personas que no pudieron asistir. Esto subraya que la bendición de la lluvia que se implora, y que se manifiesta en la comida que se comparte, no es solamente para los que estuvieron en el rito sino que, generosamente, se comparte con las demás familias.
Momento de convivio
Altar de las ofrendas
Momento del rezo