No es ningún secreto el místico vínculo entre el pueblo maya y la sagrada agua. Desde tiempos pretéritos hay un legado escrito, constructivo y literario que aún nos sorprende y emociona. Aunque cada vez se realizan con menor frecuencia, varios ritos agrícolas mayas requieren del uso de agua virgen o del rocío de la mañana para ofrendar y suplicar lluvia abundante para las milpas y sembradíos. Este tiempo que se fue y continua yéndose, es el que nos urge recuperar y cultivar.
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