Estrategias y alternativas de alimentación entre los mayas de antaño

Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar…

Por Atilano A. Ceballos Loeza

Se han encendido las luces de alarma en materia de producción de alimentos sanos y nutritivos, y que éstos puedan llegar a un mayor número de familias del ámbito rural. Los sistemas alimentarios dominantes ven la comida como un vil negocio y no como un derecho humano. Todavía la autoridad pública sigue importando granos básicos y fertilizantes químicos para sus políticas agrarias. Es verdad que se ha implementado programas que intentan frenar las tierras ociosas que puedan generar diversidad, producción, retorno al campo, entre otros beneficios; los resultados todavía están por verse.

La inflación y la carestía de los alimentos no para, y no se ve como para cuándo pueda mejorar esta situación.

La carne, la leche y la tortilla a la alza. Para quienes compran alimento el panorama es complicado, para quienes producen, al menos una parte de lo que comen, la complicación disminuye.

Frente a este panorama, no nos queda sino buscar estrategias y alternativas para afrontar esta realidad, que parece agravarse cada vez más. Esta situación es global. Hace unos días en Europa aparecieron en Alemania las llamadas “piedras del hambre”, son rocas en el lecho de los ríos que solo son visibles cuando los niveles del agua son extremadamente bajos, en ellas está escrito: “si me ves, llora”. Es particularmente famosa porque sus habitantes cincelaron en su superficie las fechas de severas sequías. Según un estudio llevado a cabo en 2013 se puede leer los años 1417, 1616, 1707, 1746, 1790, 1800, 1811, 1830, 1842, 1868, 1892 y 1893. La falta de lluvia y la sequía extrema ha puesto al descubierto esta advertencia. Así está Nuevo León y el sistema de almacenamiento de agua Cuzamala, que abastece de agua a la Ciudad de México, se acerca a un estado crítico.

Tal parece que todas las luces del semáforo están en amarillo… y a punto de cambiar a rojo.

El objetivo de esta palabra es mirar al pasado y ver cómo los abuelos de nuestros abuelos y abuelas, encontraron estrategias y alternativas, cuando les tocó vivir situaciones parecidas.

Propongo algunos ejemplos de la literatura mayense, sobre todo colonial, para que, al mirar el pasado podamos enfrentar el futuro con tenacidad y sobre todo con responsabilidad.

Los Libros del Chilam Balam

“De tiempo en tiempo, quizá respondiendo a ciclos meteorológicos que los mayas registraron cuidadosamente en sus libros cronológicos, se produjeron prolongadas sequías que los obligaron frente al hambre a sustituir… el petwah o tortilla de maíz, por otro manufacturado con masa obtenida de otras fuentes de fécula; los árboles de la selva o procedentes de ella, se la proporcionaron.” 1

Veamos los Libros del Chilam Balam:

Primera rueda profética de un doblez de Katunes:

El 11 Ahau (1539 – 1559) Árboles serán la comida, piedras serán la comida; estéril alimento…

El 3 Ahau (1618 – 1638) De frutos del árbol de ramón será su pan porque estériles serán sus años en que solo el viento pasará…

El 10 Ahau (1678 – 1698) Años estériles en que no habrá pan; de frutos del árbol de ramón y jícama silvestre será su pan y su agua…

Relaciones Histórico Geográficas de la Gobernación de Yucatán

Existen otros documentos coloniales, donde también podemos obtener alguna información al respecto.

Relación de Kanpocolche y Chochola: “Tienen buenos años con abundancia de comida…aunque algunos años son estériles de agua y padecen necesidad de comida… y hay años que vienen tormentas con vientos recios, y todos, españoles e indios, padecen mucha necesidad de comida” Y continúa la información: “También tienen frutales con que se ayudan a sustentar y en tiempo de hambres comen raíces de árboles, que se pasa con ellas razonablemente”.

Relación de Dzitnup: “Llámese dicho pueblo Dzitnup por causa que estaba sobre el cenote y aguada donde beben una palma que acá llaman cocoyol y en lengua maya se llama mop… la fruta de esta dicha palma es a manera de coco, así en el racimo como en el gusto…es como una nuez grande, y la tienen por fruta… y es de gran sustento para los naturales en tiempo que hay en la tierra falta de maíz”.

La Relación de Valladolid: “Hay mucha arbolada silvestre de frutas que sirven de mantenimiento en los años estériles para sustento de los naturales como son piches, que echan unos piñones que tostados son muy dulces y sirven como garbanzos…”

Relación de Dzicab: “Hay muchas raíces con que se mantienen los indios cuando tienen necesidad”.

Relación de Popola: “Llamóse el pueblo de Popola de este nombre por haber en tiempo de sequedad grande, en unas hoyadas, grande suma de petates, que son a manera de juncia… que hacen petates o esteras en que los naturales duermen”

Hay datos de que en el año de 1561 hubo una gran pestilencia y por consiguiente mucha muerte…

Relación de Kampolche y Chochola: “Algunos años son estériles de agua y padecen necesidad de comida… algunos años vienen por el mes de agosto y septiembre algunas tormentas de vientos muy recios y derriban los árboles y sementeras… padecemos todos… porque hay mucha necesidad de comida” Tiene otro dato importante esta relación: “Al Ah K’in… les tenían respeto porque estos agoraban y adivinaban los tiempos que habían de tener, si había de ser buenos o malos, y si había de haber hambre o abundancia… tomaba una torta amasada de maíz y puesta en las manos la subía hacia el cielo y rezaba: ‘Señor grande del cielo y que estás puesto en las nubes y en cielo, danos buen año de maíz’… y por el temor cuando tenían hambre… el sacerdote le presentaba piedras verdes y piedras coloradas, que son de valor… si les seguía mucho el hambre, pensando que aquel ídolo les había de dar lo que faltaba de comida sacrificaban alguna persona diciendo: ‘este corazón y piedras de ofrezco para que nos favorezcas en esta necesidad de hambre que tenemos”

Estrategias y alternativas

No cabe la menor duda que a lo largo de la historia mayense, el cultivo y la producción de gramos como el maíz ha sido una constante, pero, a decir de algunos estudiosos, no siempre se obtuvo de la misma manera. Hay evidencias arqueológicas de que antes de su apogeo, los múltiples asentamientos humanos tuvieron, muy cerca de sus unidades habitacionales espacios para su producción a manera de pequeños huertos.

“El sistema agrícola extensivo de roza-tumba-quema bien pudo haber sido la base económica sobre la que descansaron las grandes concentraciones de población y los centros ceremoniales que construyeron y no necesariamente un sistema intensivo”2

Esta forma de producir alimentos, los llevó a diversificar y entrelazar las plantas cultivadas. “La Milpa es, prácticamente un cultivo mixto de tipo hortícola en el que cada planta requiere de particular cuidado. Además del maíz, forma parte de la milpa una o dos especies de calabaza; una o dos especies de frijol; camotes; dos o más especies de chile y otras plantas más, como jícamas, yuca y macal…” 3

Se han encontrado también otros espacios de producción agrícola en Belice, la Sierra Maya y en Guatemala terrazas y terraplenes construidos para este fin. Así mismo hay información del uso y aprovechamiento de hondonadas o rejolladas, que por sus particulares condiciones climáticas y por la cercanía al agua, fueron utilizadas para sembrar plantas adecuadas para este microclima, como pudo ser el cacao.

A finales de los años 70s el arqueólogo Alfredo Barrera señalo que “De las 92 especies de árboles y arbustos que en la actualidad son más frecuentes en las huertas familiares características de esta área, el 61% son elementos directamente derivados de la flora nativa de la Península; el 13% pertenecen a elementos neotropicales que no están representados por formas silvestres en esta flora, y el 26% son introducidas en esta área después del siglo XVI. Eso significa que antes de la conquista española, el 80% de los arbustos y árboles de las huertas eran producto de la flora nativa seleccionados por los mayas”4

Todas fueron intencionalmente cultivadas, unas para comida, otras como medicinales, algunas otras por su aporte a la construcción de viviendas como los bejucos y las palmas de huano; incluso algunas más fueron seleccionadas para elaborar sus complejos y hermosos libros o códices mayas.

Conclusiones

Sea cuales hayan sido los sistemas de producción de alimentos entre los abuelos de nuestros abuelos, hay algunas constantes que es importante destacar.

1. El profundo conocimiento de su entorno, tanto del suelo y la reducción de su erosión; la facilitación del drenaje ya que nuestro suelo es cárstico; la observación y aprovechamiento de los vientos predominantes, así como de la importancia del principio de regeneración de los suelos.

2. Mantener vigente la enorme variedad de germoplasma, puede ser la diferencia en predecibles hambrunas que nos asechan. Recurrir a la ingesta de semillas de ramón y Pich, así como a tubérculos y raíces comestibles, o a plantas como el K’umche o Bonete, puede caracterizar a una agroecología de prevención.

3. La conservación, cuidado y defensa de nuestro monte o selva maya, es de vital importancia si queremos que haya futuro. Esto último es lo que señaló con urgencia el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU en su informe del 9 de agosto de 2021: urge detener la tala de bosques y los incendios forestales.

Que todas y todos, desde UYK podamos contribuir a la prevención agroecológica, por si llegara a empeorar el acceso a los alimentos, para que podamos ofrecer alternativas culturalmente apropiadas.

Si llegáramos a atravesar el umbral del 1,5° Celsius el panorama sería muy obscuro, e irreversible si llegamos a los 2,0° grados. Por eso evocamos aquel refrán popular: “Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar”.

Maní Yucatán. Agosto de 2022

Referencias:

1El manejo de las Selvas para los mayas: sus implicaciones silvícolas y agrícolas. A Barrera. A Gómez-Poma. C. Vázquez-Yanes. 1997.

2 El manejo de las Selvas entre los Mayas: sus Implicaciones Silvícolas y Agrícolas. A. Barrera, A. Gómez-Poma,

3 Idem

4 Sobre la Unidad de habitación tradicional campesina y el manejo de recursos bióticos en el área maya yucatanense. Se tratan de una ponencia presentada por Alfredo Barrera en febrero de 1979.

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