Retos y desafíos por afrontar

A la memoria de +Fernando Cervera Millán,

presbítero, uno de los fundadores de U Yits Ka’an

Desde hace ya varios años que la Iglesia católica ha puesto su mirada y
atención en torno al cuidado de la Casa Común con el fin de propiciar un
encuentro con nuestro Creador y Formador a través de sus criaturas (1).
Durante varios años, la Pastoral del Turismo estuvo arropada por el Dicasterio
para el servicio del desarrollo integral; durante el actual pontificado y según
las nuevas disposiciones para la reforma de la Curia Romana, Francisco ha
reubicado este servicio pastoral, pasando a formar parte del Dicasterio para la
Evangelización.
A nivel internacional se ha venido organizando Congresos Mundiales en
distintos años, en ciudades diferentes y, desde luego, con temáticas que han
ido tratando de responder a los distintos tiempos y circunstancias. Así mismo,
a nivel nacional, las Conferencias Episcopales de cada país han implementado
encuentros nacionales con el mismo fin. No cabe duda que una de las
realidades que más duramente ha golpeado a la pastoral del turismo –y a
otras tantas pastorales– en los últimos años ha sido la irrupción de la
pandemia del Covid; el VIII Congreso Mundial de Turismo celebrado en
Santiago de Compostela ya lo señalaba en su propia convocatoria, titulando la
temática del encuentro: Repensemos el turismo después del Covid.
La antigua ciudad de Tho’, hoy Mérida se complace en recibir el XIII
Encuentro Nacional de la Pastoral del Turismo, proponiendo como elemento
de reflexión y análisis, un tema que es tan fundamental como de suma
actualidad: Turismo y Ecología, o dicho en palabras del Papa Francisco: La
Pastoral del Turismo y el Cuidado de la Casa Común. En este ámbito existen
innumerables retos y desafíos qué afrontar. Y es que, entre el turismo y el
medio ambiente existe un vínculo inseparable.
No cabe duda que uno de los puntos neurálgicos para el fortalecimiento de un
país es el turismo y la posibilidad de ofrecer a propios y extraños, las bellezas
y encantos que distinguen a un pueblo o territorio, tal es el caso del Turismo

en México, pues impulsa y fortalece la economía nacional generado divisas y
empleos.
La actividad turística contribuye con el 9% del Producto Interno Bruto en el
país, generando alrededor de 7.5 millones de empleos formales, que al día de
hoy representa la tercera fuente de captación de divisas. Por cualquiera de sus
rincones y en el fondo de sus mares, México tiene una belleza esplendorosa
que ofrecer y compartir con orgullo: sus climas y micro-regiones, sus arrecifes
y mares; sus volcanes y ríos; su rica y variada gastronomía; las ciudades y los
campos; sus múltiples lenguas y culturas, y un sin número de hermosas
realidades por compartir; no cabe duda que todo el país es un colorido
mosaico pluricultural, multiétnico y, por ende, multi-lingüístico.
Sin embargo, toda esta inmensa y profunda belleza está asentada o forma
parte de distintos ecosistemas y/o nichos ecológicos. En estos tiempos de
crisis climática, podríamos fomentar su alteración, pérdida y lo que es peor, su
destrucción. De allí la importancia de que la Iglesia Católica, en México y en el
mundo, no claudique en su delicado papel de acompañar desde la fe, estos
tiempos tan necesarios para el descanso, la recreación y el turismo en general.
La Laudato Si es una carta encíclica que escribió el Papa Francisco hace
exactamente 8 años, en mayo de 2015. Aunque no está dirigida
específicamente a la promoción del turismo, sino más bien, al cuidado de
nuestra única Casa Común, que es la Madre Tierra y a todo el entramado de la
vida, en ella podemos encontrar muchas luces para nuestra fe y compromiso
medioambiental. Como lo ha recordado el Papa Francisco, esta carta fue
inspirada en San Francisco de Asís que “nos propone reconocer la naturaleza
como un espléndido libro en el cual Dios nos habla y nos refleja algo de su
hermosura y bondad” (LS N° 12)
La presente palabra y reflexión no busca hacer una síntesis o resumen de esta
magistral carta, que ha venido a fortalecer la Doctrina Social de la Iglesia; sino
más bien, busca iluminar algunas de las realidades que vivimos a diario en
este territorio maya peninsular, y que, por ende, también repercute en el
mundo del turismo. Abordaré entonces, algunos tópicos que son retos y
desafíos que la realidad nos impone y que hay que iluminarlos desde la fe y el
compromiso ecológico a la luz de esta encíclica. Una lectura pausada y
reflexiva de todo el documento es premisa obligada para transitar hacia una
verdadera conversión ecológica.
Así mismo, el Papa Francisco invita a toda la iglesia a celebrar la Semana
Laudato Sii del 21 al 25 de este mes con motivo del 8° aniversario de su

publicación haciendo un llamado sobre la “Esperanza para la Madre Tierra,
esperanza para la Humanidad”.
Arrecifes de coral
En estos últimos tiempos, el mundo ha tenido la necesidad de monitorear el
avance de la crisis climática, ya que atravesar el umbral de 1,5° Celsius,
quedaríamos en un escenario muy distinto al que conocemos actualmente y,
según las proyecciones, un panorama muy aterrador.
Entre los informes más recientes, podemos advertir que uno de los puntos de
inflexión climática que sugiere que nos vamos acercando peligrosamente a
este umbral es “la muerte masiva de los corales tropicales (2)”. Y por nuestra
situación geográfica, todo el territorio maya peninsular tiene mucho que hacer,
para bien, o permitir, para mal. Tanto las instituciones como las iglesias y el
turismo en general, podemos contribuir en gran medida para no llegar a ese
punto de inflexión climática; el papel de las autoridades y sus políticas
públicas serán determinantes para lograrlo o no.
Con cierta angustia, el Papa Francisco nos recuerda LS N° 41: “Adentrándonos
en los mares tropicales y subtropicales, encontramos las barreras de coral, que
equivalen a las grandes selvas de la tierra, porque hospedan
aproximadamente un millón de especies, incluyendo peces, cangrejos,
moluscos, esponjas, algas, etc. Muchas de las barreras de coral del mundo hoy
ya son estériles o están en un continuo estado de declinación: ¿Quién ha
convertido el maravilloso mundo marino en cementerios subacuáticos
despojados de vida y de color?. Este fenómeno se debe en gran parte a la
contaminación que llega al mar como resultado de la deforestación, de los
monocultivos agrícolas, de los vertidos industriales y de métodos destructivos
de pesca, especialmente los que utilizan cianuro y dinamita. Se agrava por el
aumento de la temperatura de los océanos. Todo esto nos ayuda a darnos
cuenta de que cualquier acción sobre la naturaleza puede tener consecuencias
que no advertimos a simple vista, y que ciertas formas de explotación de
recursos se hacen a costa de una degradación que finalmente llega hasta el
fondo de los océanos”3.
Tres años después, en el año 2018, insistió el Papa Francisco sobre este mismo
tema: “No podemos permitir que nuestros mares y océanos estén llenos de
campos interminables de plástico flotante4”. Es bueno recordar, como hace el
Papa en su encíclica, que el gran problema de los puntos de inflexión climática,

es que una vez rebasados, son irreversibles y sus efectos y consecuencias de
largo alcance.
Ciénaga y manglares
Otro tópico que me parece oportuno poner sobre la mesa, es el desequilibrio
que está causando la pérdida de ciénaga, manglares y humedales en la
península. Y con ello todo un desequilibrio ecológico de este vital nicho.
La ciénaga y los humedales no sólo forman parte del paisaje costero en la
Península, sino que tienen un aporte determinante: Estos ecosistemas son de
total relevancia hidrológica y ecológica, ya que ayudan en el control de
inundaciones y la erosión, depuran y mejoran la calidad del agua, abastecen
los mantos subterráneos, son clave en la mitigación del cambio climático y
funcionan como reservorios de biodiversidad, al ser el hábitat de aves, muchas
de ellas migratorias, amén de ser barreras de contención a fenómenos
naturales como los huracanes.
En la península, muchos humedales han sido arrasados en la región
denominada Riviera Maya, y desde hace varios años la huella antropogénica
se mira con toda claridad en el litoral norte de Yucatán. Por su grande y
variada biodiversidad, las ciénagas y manglares son nichos ecológicos que
urge rescatar, mantenerlos y conservarlos; y si vamos como turistas a esos
lugares, tenemos que sumergirnos en la contemplación y revaloración de este
jirón de tierra maya peninsular.
En 2016 un grupo indígena y ribereño de Nayarit le entregó al Papa Francisco
una carta para que en su vista a México (en aquel entonces) les apoyase frente
a las políticas del gobierno de aquellos años. Dice el papa Francisco en su
encíclica: “El reemplazo de la flora silvestre por áreas forestadas con árboles,
que generalmente son monocultivos, tampoco suele ser objeto de un adecuado
análisis. Porque puede afectar gravemente a una biodiversidad que no es
albergada por las nuevas especies que se implantan. También los humedales,
que son trasformados en terreno de cultivo pierden la enorme biodiversidad
que acogían. En algunas zonas costeras, es preocupante la desaparición de los
ecosistemas constituidos por manglares” (LS N° 39 ). Las palabras del Papa no
han dejado de corroborarse.
En Argentina, por ejemplo, un grupo de creyentes denunció el surgimiento de
incendios en estos espacios a través de un pequeño video titulado: “No más
fuego en los humedales” señalando la intencionalidad de dichos incendios.
Uno de los valores importantes de estos ecosistemas es que ¡son indicadores
de la sostenibilidad del planeta! Así de importantes son. Lo mismo podríamos
decir de nuestros Cenotes y ríos subterráneos de agua, donde las políticas
públicas han ido favoreciendo la presencia de mega emprendimientos que
miran la naturaleza solo como una fuente de recursos que explotar y no como
santuarios ecológicos que cuidar y rescatar, porque finalmente dependemos
como especie humana de ellos. Algo de esto señala el Papa Francisco en la LS
N° 29: “Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la
contaminación que producen algunas actividades extractivas…”
Disputas territoriales
Así como los grandes polos turísticos frecuentemente se asientan sobre
frágiles ecosistemas, así también el turismo en general, está siendo coptado o
influenciado negativamente por redes de delincuencia y sobre todo por el
dominio territorial de distintos cárteles que se disputan el país. Unos lugares
más que otros, son el lamentable escenario de estos pugilatos. Ya sea por los
grandes cárteles o por narcomenudeo, nuestros polos turísticos van
padeciendo cada vez más esta situación; en algunos puntos de la península no
es raro escuchar y/o leer que varios turistas han perdido la vida por quedar
en medio de estas disputas o del fuego cruzado.
Ya el Papa Francisco cuestionaba esta realidad en la Laudato Si: “¿qué límites
pueden tener la trata de seres humanos, la criminalidad organizada, el
narcotráfico, el comercio de diamantes ensangrentados y de pieles de animales
en vías de extinción?” (LS N° 123). Y al principio de la encíclica lo señala con
toda precisión: “el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más
jóvenes… son algunos síntomas de una verdadera degradación social…” (LS
N° 46). El reto en este campo, no es menor.
Piratería cultural y/o artesanal
Por cualquiera de los puntos cardinales, vamos a encontrar, en los muchos
Méxicos que hay dentro de nuestro país, innumerables artesanas y artesanos,
que han logrado mantener su arraigo cultural expresándolo en vistosos
bordados y tejidos, muchas veces adornados con símbolos, grecas, y delicadas
figuras geométricas que forman parte del paisaje o de la cosmovisión de
nuestros pueblos indígenas u originarios. Pareciera que lo genuinamente
artesanal ha ido perdiendo valor y, por ende, su precio, al punto que en
muchos casos, las y los turistas piden rebajas favoreciendo con ello, círculos
viciosos que van en detrimento de la revaloración de la cultura y tradiciones
de nuestros pueblos. Todo esto, aunado a la piratería comercial y la
manufactura a gran escala o industrial, van erosionando los saberes y
prácticas ancestrales en este rubro.
El consumo responsable puede ser una buena práctica para revertir esta
apremiante situación por la que atraviesan numerosos artesanos y artesanas, y
así lo podemos encontrar en la encíclica del Papa Francisco: “pequeños
productores optan por sistemas de producción menos contaminantes,
sosteniendo un modelo de vida, de gozo y de convivencia no consumista” (LS
N°112). En números subsiguientes el Papa alude a la desaparición de los
pequeños productores, como una grave consecuencia del apoyo a sistemas
económicos y tecnológicos en los que se elimina el trabajo manual de los y las
campesinas o artesanas.
Turismo generador de basura
Una de las graves consecuencias del turismo a gran escala es la basura
generada por esta actividad. Grandes polos turísticos quedan rebasados por
el crecimiento exponencial de la población, el flujo de turistas y su forma de
consumo, poblaciones sin infraestructura para el manejo de los residuos y
tantos otros males, hacen que muchas veces, los centros turísticos se vean
sumergidos literalmente en la basura. No en pocos casos, las cadenas hoteleras
han sentado sus reales en estos sitios paradisíacos como podría ser Tulum, por
poner un ejemplo, donde hace 20 años vivían ahí 7 mil personas y hoy se
hacinan 47 mil. Se ha anunciado la construcción ahí de un nuevo aeropuerto
internacional, además del llamado Tren Maya, sin tomar en cuenta de manera
suficiente que el sitio no cuenta con la infraestructura para este ritmo de
crecimiento sin afectar el entorno. Lo mismo sucede con sus playas, que los
hoteles van privatizando. Visitan Tulum alrededor de dos millones de turistas
al año y esto genera, según los datos de la Secretaría de Ecología y Medio
Ambiente, 120,570 toneladas de residuos. El municipio no se da abasto.
Afortunadamente, existen iniciativas ciudadanas para intentar mitigar estos
males.
Nos dice al respecto el Papa Francisco: “La Tierra, nuestra casa, parece
convertirse cada vez más en un inmenso depósito de basura… Tanto los
residuos industriales, como los productos químicos… pueden producir un
efecto de bioacumulación… estos problemas están ligados a una cultura del
descarte” (LS N° 21 y 22)
Desde luego que existen otros numerosos retos y desafíos que afrontar por
parte de la Pastoral de Turismo en México (cómo responder a la inadecuada
infraestructura, sobre todo en los llamados Pueblos Mágicos, el cuidado del
agua, la austeridad y hospitalidad para con los visitantes, evitar el derroche de
comida, etc, etc.) sin embargo he enunciado apenas algunas realidades, que, al
menos en esta zona turística maya peninsular, se dejan sentir con mayor
apremio. Por eso he querido compartir con ustedes, responsables de la
Pastoral del Turismo en nuestro país, algunos textos de la Laudato Sii, donde el
Papa Francisco nos advierte sobre esos tópicos.
Mirada ecológica
Permítanme ir terminando con una experiencia. Hace ya varios años, Don
Mario Euán un hierbatero sabio que trabaja con nosotros en nuestra Escuela
de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an, nos enseñó lo que es la mirada
ecológica. Siempre que caminábamos en la escuela mirando hierbas, nos
hablaba de sus propiedades medicinales; él miraba de otra manera los
sembrados, muchos de los cuales son silvestres y crecen sólo en ciertas
temporadas del año. Para Don Mario no existe la maleza. Él siempre mira y
habla de la bondad de las plantas y sus beneficios a la salud.
Digo esto porque la ecología no solo está fuera de nosotras y nosotros (como
pudiera ser el canto de los pájaros, los volcanes y serranías, los hermosísimos
cenotes, etc.), sino que también está en la mirada de quien lo contempla. ¡Ser o
no ecológico está dentro de cada uno, en nuestro interior! Se trata de una
decisión o, como lo señala el Papa Francisco, de una conversión ecológica,
“que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con
Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea” (LS N° 217).
El Papa Francisco lo enfatiza al final de su encíclica: “Hay mística en una hoja,
en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre” (LS N° 233). Citaando al
maestro espiritual Ali Al-Kawwas, quien ha destacado la necesidad de no
separar las criaturas del mundo de la experiencia de Dios; este maestro
espiritual dice: “hay quienes buscan el éxtasis en la música o en la poesía. Pero
hay un secreto sutil en cada uno de los movimientos y sonidos de este mundo.
Los iniciados llegan a captar lo que dicen el viento que sopla, los árboles que
se doblan, el agua que corre, las moscas que zumban, las puertas que crujen, el
canto de los pájaros, el sonido de las cuerdas o las flautas, el suspiro de los
enfermos, el gemido de los afligidos”.
Frente a tantos retos y desafíos que la realidad impone a esta pastoral eclesial,
permítanme concluir esta breve y sencilla reflexión compartiendo dos frases,
que quizá puedan sernos de utilidad e inspiración para nuestro compromiso
pastoral:
Primera: “Tenemos que rezar como si todo dependiera de la Providencia de
Dios y trabajar como si todo dependiera de nosotros” frase atribuida a San
Agustín. Sobre este punto solo me queda insistir que el Papa Francisco en la
Laudato Si, en poco más de 50 ocasiones insta a actuar con celeridad. En cierta
manera, la Laudato es como el Evangelio, más que predicarlo urge vivirlo!
Y la segunda, está tomada del último número de la Laudato Sii (LS N° 246),
que el Papa Francisco tituló: Oración por nuestra Tierra. Permítanme
compartirles esta hermosa oración a través de un vídeo muy breve. Uno de los
Coros de la Capilla de San José Obrero, al sur de esta ciudad, lugar donde
presto mis servicios pastorales, musicalizó esta bella oración. Con esta
plegaria concluyo esta humilde intervención.

¡Muchas gracias!


Atilano A. Ceballos Loeza
Tho’/Mérida Yucatán. Mayo de 2023


Preguntas generadoras

  1. ¿Cuáles son los factores (ad extra y ad intra de la iglesia) que pudieran
    ayudarnos a mirar en la Madre Naturaleza el Rostro amoroso de Dios Madre y
    Padre de la Vida?
  2. ¿Cómo estamos trabajado y/o fortaleciendo nuestro compromiso cristiano
    hacia una conversión ecológica? ¿Qué importancia le damos en nuestra
    evangelización y catequesis?
  3. ¿Cuáles son los retos y desafíos que la Pastoral del Turismo enfrenta en tu
    región? Y ¿cómo la Laudato Sii puede fortalecer este servicio?
  4. ¿Cómo cultivar una mirada ecológica y profética en estos tiempos de crisis
    climática?

1 Tanto San Agustín (Confessiones X, VI, 8-10) en el Siglo IV, como San Buenaventura (Itinerarium mentis in Deum) en el Siglo XIII, abordan este tema con mucha profundidad. Cada uno señala cómo las personas
pueden llegar a Dios a través de los “vestigios” de la Creación.

2 El Planeta está cerca de sobrepasar cinco peligrosos puntos de inflexión climática. Clima y Medio Ambiente. El País 8 Sep. 2022
3 Sobre este punto en particular, el Papa Francisco tiene otros números donde aborda el tema: LS 24, 37, 40, 174. Y
también ha creado una Jornada de Oración por los Océanos.
4 IV Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. 2018

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